Vosotros,
los familiares y amigos, nuestros clientes.

Os dedicamos todo el tiempo que necesitéis, paramos nuestros relojes para atenderos.

A estas alturas de la historia no sabemos si hacéis el numero  cuarenta mil o el cien mil uno, la verdad es que ni llevamos la cuenta porque para nosotros, todos y cada uno de vosotros, sois los primeros, los más importantes, los protagonistas de nuestro trabajo los dueños de toda nuestra dedicación y atención.

Cada pérdida es una herida que no deseamos ahondar o agravar, más bien nos gustaría sanar o por lo menos iniciar ese proceso de curación con una despedida adecuada, con un duelo bien comenzado y para ello os necesitamos escuchar. Por eso nuestras tomas de datos no son carreras ni presiones para que tomen decisiones atropelladas . Os dedicamos todo el tiempo que necesitéis, paramos nuestros relojes para atenderos.

De esa atención nacieron las esquelas personalizadas que otros han tratado de imitar pero que olvidan lo más esencial, que no se trata de una foto bonita o un montaje más o menos artístico, cada esquela es un guiño a la vida de quien se va y eso solo se consigue regalando tiempo y atención a lo que nos cuentan quienes conocen la vida del que se fue.

Somos conscientes de que no hay segundas oportunidades. No podemos repetir un funeral, no es posible volver a enterrar o incinerar al ser querido al que hemos despedido. Tenemos una única oportunidad para hacer las cosas bien y por eso, además de poner el máximo cuidado y profesionalidad a todo lo que hacemos, necesitamos escucharos, que nos contéis que necesitáis, de qué forma queréis decir adiós.

No se nos molesta por llamarnos cada cinco minutos, pidiendo cosas o cambiando de opinión mil veces, se nos molesta si por no querernos molestar no tenéis el Adiós que hubieseis querido

A diferencia de otros, si lo queréis, no os soltaremos de la mano a la puerta del cementerio o del crematorio, seguiremos a vuestro lado, tiempo después, dando lo mejor de nosotros en ayudaros a volver a poner en orden tantas cosas que deja pendiente una vida que se va.

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